La unidad del FIT no puede depender del arbitraje político del Estado
La crisis del
FIT no se resuelve con las primarias
Antes del 12
de junio, convoquemos a un congreso abierto del Frente de Izquierda
JUAN MARINO
Como ya es admitido públicamente por propios y extraños, el
FIT se encuentra sumido en una crisis política mayúscula que no le permite
salir de la parálisis y meterse de lleno en la campaña electoral. Esta crisis
tiene por centro la completa falta de homogeneidad para intervenir en común en
los principales acontecimientos de la lucha política. Esto se verifica tanto en
el terreno más elemental como la posición ante el paro del 20-N o ir al acto
del 19-D convocado por la burocracia junto a la UCR y contra el Argentinazo hasta
discusiones más complejas como el #18-A, la reforma judicial anti-obrera, la
rebelión popular contra las inundaciones, los saqueos de fin de año, la
protesta de gendarmería y prefectura o el memorándum entra Argentina-Irán y el
voto de Liliana Olivero junto a los kirchneristas en Córdoba. Todas estas
crisis ya fueron abordadas en otros materiales y las conclusiones de esta
crítica política sistemática se vieron condensadas en la declaración
fundacional de la Coordinadora en defensa del Frente de Izquierda (publicada
íntegramente en este periódico).
Ahora, de cara a las legislativas de agosto y octubre, esta
crisis política del FIT asume una nueva forma en torno al reparto de las
candidaturas entre los 3 partidos (PO-PTS-IS). La situación ya es inocultable y
por eso el PO, muy correctamente, decidió abrir el debate dando publicidad al
intercambio de cartas. Lo concreto es que, a propuesta del PTS, está primando la
orientación de recurrir a las primarias proscriptivas para dirimir las
diferencias de cargos. Ante esto el PO no está de acuerdo pero lo acepta “dado
que, al no haber acuerdo, es el mejor método para resolver la crisis” e
Izquierda Socialista lo rechaza – aunque, finalmente, si no propone un método
alternativo terminará teniendo que aceptar la primarias o romper el FIT.
Estamos asistiendo, por lo tanto, al desarrollo de lo que
denunciamos desde la TPR en nuestra carta al XX Congreso del Partido Obrero cuando
se fundó el Frente de Izquierda: el FIT no se creó para derogar la reforma
proscriptiva sino para poder presentarse a pesar de ella y ahora, 3 años
después, la reforma proscriptiva está haciendo que el Frente de Izquierda se
devore a sí mismo. La conclusión es clara: no
se puede sustituir la falta de homogeneidad política apelando a una competencia
por ver quién consigue más votos.
MÉTODO DE SECTA:
PREFIEREN SUBORDINARSE A LAS PASO ANTE QUE RECONOCER EL LIDERAZGO DEL PARTIDO
OBRERO
La diferencia reside, básicamente, en que el PO busca para
sí mismo las candidaturas que pueden llegar a ingresar al parlamento en Capital
Federal y Provincia de Buenos Aires, mientras que el PTS e IS plantean que una
de ellas tiene que ser para el PTS. La discusión, como puede apreciarse, es
absolutamente absurda porque desde su propia fundación es evidente que el PO es
la fuerza que encabeza el FIT. Sin embargo, como advertimos desde la TPR,
también era evidente que el “método neuquino” de las maniobras, las mentiras y
la extorsión era inevitable que se generalice a todo el país dado que, como en
el cuento del sapo y el escorpión, las sectas no pueden escapar a su propia
naturaleza.
El PO argumenta que le corresponden los cargos porque ese
fue el criterio con el que se designaron las candidaturas en 2011; el PTS
argumenta que como el eje de la campaña de 2011 fue la fórmula “Altamira-Castillo”,
eso se debe replicar en las legislativas.
Para resolver esta “diferencia” (léase provocación por
cargos), el PTS no tuvo mejor idea que haber votado en su Congreso la propuesta
de que los partidos del FIT vayan con listas separadas en las primarias
proscriptivas, y ahora incluso propone armar internas para la lista de
legisladores de la Ciudad de Buenos Aires, que no está regida por la reforma
proscriptiva: “como en la categoría de legisladores porteños no rige la ley de
las PASO, hicimos la propuesta de realizar una primaria a principios de
septiembre, organizada por todos los partidos del FIT, con un padrón de
independientes y afiliados a nuestros partidos, en un colegio público por
comuna. Un mecanismo que utilizan comúnmente los partidos en todo el país para
elegir sus autoridades” (La Verdad
Obrera, 30/5). Como se ve, al PTS no sólo no le preocupa derogar las PASO
sino que le parece un mecanismo muy razonable para extender a todas las
elecciones.
El PO, que primero se opuso a dirimir este debate en las
primarias, ahora ha aceptado la posición del PTS a excepción de la propuesta de
armar internas propias para legisladores del Capital Federal. Incluso, el PO
desafió al PTS a aplicar el criterio nacional a la designación de candidaturas
en las legislativas de cada provincia, es decir, tratar de imponer su peso
nacional a espaldas del desarrollo provincial de cada fuerza y, lo que es más
importante, un congreso abierto provincial que impulse la deliberación de los
luchadores de cada provincia.
Por su parte Izquierda Socialista, que se opone a las
internas por su escaso desarrollo en comparación con el PO y el PTS, no le
contrapone otra salida porque siempre defendió el carácter estrictamente
electoral del frente, opuesto a apoyarse en la movilización y deliberación
colectiva de los trabajadores.
TODOS RECHAZAN
CONVOCAR A UN CONGRESO ABIERTO DEL FIT PORQUE TODOS RECHAZARON CONSTITUIR UN
PARTIDO DE TRABAJADORES A PARTIR DEL FRENTE DE IZQUIERDA
La razón de tanta mezquindad, en el fondo, se reduce estrictamente
a que en realidad A NADIE LE IMPORTA EL
FRENTE DE IZQUIERDA porque lo consideran solamente como un medio circunstancial
para desarrollar su propio partido político a expensas del resto. Tal vez
sorprenda que esto lo diga la TPR pero es la pura realidad. Detrás de toda la
hipocresía sobre la “unidad de la izquierda revolucionaria”, hay una pelea
sorda de aparatos que se desarrolla entre cuatro paredes y donde nadie está
dispuesto a subordinarse. Nadie está dispuesto a reconocer que es minoría porque
prefieren ser cabeza de ratón antes que cola de león.
Esto amerita una reflexión política profunda: fuimos
nosotros, los militantes de la TPR, quienes advertimos que un frente electoral
es de todo menos un “acuerdo técnico”. Si el frente electoral se toma a sí
mismo en serio se trata, por el contrario, se trata de un compromiso estratégico que, a partir de ir conquistando una serie
de objetivos comunes, va comprometiendo la independencia política a largo plazo
de cada partido. Porque, claro, como dijera Altamira “los frentes abren un
camino o al menos lo hacen para las fracciones más lúcidas del mismo”. La
unidad, en última instancia, se construye a expensas del programa propio
enfatizando algunos puntos prioritarios y relegando la estrategia a un campo difuso
e indefinido. Ahora, cuando ya hemos construido sobre arena, ¿qué corresponde
hacer? ¿Dejar que se derrumbe la casa?
En “¿A dónde va Francia?”, frente a una situación mucho más
extrema, Trotsky advierte el mismo debate. Plantea que desde el momento en que
los partidos obreros han renunciado a criticarse mutuamente “han dejado de
existir como partidos distintos”. Esto al margen de que puedan “invocar ‘divergencias de
principios’ que se mantienen”. En realidad esto “no cambia nada” porque si estos
principios no están en el centro de la polémica y no ordenan la actividad
cotidiana entonces son “como tesoros que duermen en el fondo del mar”. Trotsky remata
este razonamiento con una conclusión impecable: “Si han renunciado a captar a los
militantes del otro (si tenemos un
frente único que abarca casi toda la actividad pública de los dos partidos y
excluye su lucha recíproca para conquistar la mayoría del proletariado) el
frente único actúa como un partido incompleto con un principio federativo”.
Esto, precisamente, es una descripción exacta de la actual
crisis del FIT y es lo que hemos denunciado desde un primer momento los
militantes de la TPR: siempre fue un pacto contra el Partido Obrero. De tener
un partido político de combate con fisonomía propia y capacidad de respuesta a
nivel nacional, los trabajadores argentinos ahora dependen de una estructura
laxa que todavía no se define entre el anarquismo sindicalero o la lucha
política socialista por el poder. Antes tenían garantizado la presentación del
Partido Obrero. Ahora, gracias a las PASO y el escaso desarrollo relativo del
PO, dependen del Frente de Izquierda. Esta es la realidad que nos quieren
ocultar detrás del vitoreado “ascenso de la izquierda”.
En este complejo escenario, donde el viraje anti-capitalista
de la Comité Central del PO ya ha echado raíces con la creación del FIT y los
660.000 votos, los militantes de la TPR nos planteamos nuestra lucha de
tendencia en un nuevo cuadro político. Nosotros miramos de frente. No separamos
la carne del espíritu. Por eso, hoy, defender
al Partido Obrero es defender al Frente de Izquierda. Esta es la razón
última de nuestra firme determinación política por construir la Coordinadora en
defensa del Frente de Izquierda.
Es como parte de esta política que exigimos al FIT “que se
tome a sí mismo en serio” y que, por lo tanto, se postule como una alternativa
de poder. De ahí el reclamo de un Congreso abierto, los comités de base y la
pelea contra la reforma proscriptiva. Los militantes de la TPR somos los primeros
en señalar que no hay homogeneidad política para organizar votaciones en común
pero, justamente, eso lo único que demuestra es que nunca hubo homogeneidad como
para formar el Frente de Izquierda. Por el contrario, afirmamos: si hemos
convocado a 660.000 compañeros a que confíen en el Frente de Izquierda entonces
es nuestra obligación, como revolucionarios, de no permitir que esta
experiencia política acabe en una nueva frustración. Por eso tenemos que
apostar a que el FIT no quede paralizado en los consensos de sectas sino que avance
en su homogenización por medio de una deliberación colectiva.
Desde la TPR, no tenemos miedo de ser minoría porque estamos
convencidos que por medio de nuestra lucha vamos a lograr que prevalezca el
programa histórico del Partido Obrero. Por el contrario, los que no quieren ir a un Congreso del FIT, es porque desprecian las
conquistas del Frente de Izquierda y no están dispuestos a resignar posiciones
con tal de permitir su desarrollo político. Este tipo de posiciones mediocres
solamente demuestran el temor de las sectas de que el propio FIT se transforme
en una realidad política que los supere, les quite protagonismo y que, por
mérito propio, se les escape de las manos.
¿”ESTRATEGIA
SOVIÉTICA” O PRIMARIAS NORTEAMERICANAS? EL PTS TRAS LOS PASOS DEL FREPU
Con su planteo, el PTS repite los pasos del FREPU,
demostrando una vez más su marca de nacimiento morenista. Tal como figura en el
libro “La estrategia de la izquierda en Argentina” de Jorge Altamira: “En 1985,
cuando el MAS se propuso romper el Frente que había establecido con nuestro
partido para reemplazarlo con el FREPU, se realizó una gran asamblea obrera en
la UOCRA de Neuquén que decidió rechazar al FrePu, en el cual participaron
activamente los trabajadores. Luego, el frente revolucionario derrotó
electoralmente al FREPU en Neuquén, desmintiendo con esto que la acción
consciente de la vanguardia obrera quite ‘rédito electoral’. Sólo el método de la asamblea obrera, estudiantil,
barrial, campesina puede darle solidez al frente, asegurar su condición
democrática y convertirlo en herramienta propia de las masas. (…) Que en
lugar del método de la democracia obrera se escoja el de las ‘primarias’
norteamericanas, no es por cierto una elección caprichosa”.
Exactamente: lejos de ser una “elección caprichosa” por
parte del PTS, refleja toda su naturaleza democratizante en el peor sentido de
la palabra (no el fetichismo consejista-soviético sino la confiscación de la
voluntad popular por medio de un mecanismo estatista burgués), y a la que el PO
no le contrapone un Congreso abierto del FIT sino que acepta de forma pasiva y
resignado.
LAS PRIMARIAS SON LO
CONTRARIO AL CONGRESO ABIERTO: LOS LUCHADORES TIENEN QUE SER PROTAGONISTAS, NO
EXPECTADORES
El FIT está atravesando toda esta crisis porque desde su
surgimiento se opuso a basarse en la deliberación y movilización de los
trabajadores y los luchadores. Ya lo dijimos en su momento: si el Frente de Izquierda
aspira a ser la expresión política de la unidad clasista es necesario poner en
pie organismos frentistas para impulsar la intervención obrera. Esto fue
rechazado porque de forma totalmente sectaria se lo igualó con una “charca
discutidora”. Finalmente, con tal de no verse las caras en un comité abierto
del FIT, los partidos que lo integran prefieren que el Estado y la justicia
electoral diriman las disputas entre ellos.
Como militantes de la TPR, tendencia expulsada del PO que
pelea por su reincorporación, nos corresponde señalar que esta aberración
política está totalmente reñida con la tradición histórica del Partido Obrero.
Citamos: “Un frente de izquierda debe ser un frente de trabajadores, lo cual
implica por lógica revolucionario. Es necesario producir esta clarificación.
Llamamos a todos los partidos de izquierda a construir un frente en la
claridad. Una vía segura que nos permitiría dar un gran salto político y de
organización sería preparar seriamente y convocar a un congreso de bases de
toda la izquierda y del movimiento obrero, para discutir y aprobar un programa que
sustente un frente de izquierda entendido como un frente de los trabajadores
contra el monopolio político y económico del capital”. (PO N° 167, 18/12/1986,
“Por un Frente de Izquierda – Frente de Trabajadores”).
En la misma línea, afirmaban que: “La Asamblea Nacional que
se realizó en el Estadio de Ferro el sábado 12 pasado, ha llamado a luchar por
un Frente de Izquierda y del Movimiento Obrero Combativo, que resuelva
plataformas y elija los mejores y más destacados candidatos en Asambleas
municipales y provinciales. Es necesario
rescatar el método de la asamblea. La izquierda necesita que los luchadores
sean protagonistas y no espectadores (…) Llamamos a que estas asambleas
sean convocadas conjuntamente por los partidos y la militancia de la izquierda;
por las comisiones internas, sindicatos,
agrupaciones y activistas sindicales; por los luchadores democráticos; por los
activistas estudiantiles. Para discutir y aprobar una plataforma; para elegir
los candidatos democráticamente; para formar comités de campaña que lleven las
campañas electorales como una verdadera movilización de la militancia,
convocando a Asambleas periódicas para balancear y relanzar la actividad.”
(PO 549, 24/07/97, “Asambleas para elegir candidatos y votar programas”, Rafael
Santos).
O sea que tanto en los 80’ como en los 90’ el método del
Partido era constituir los frentes sobre la base de la clarificación política y
la deliberación popular. No entre cuatro paredes y a espaldas de los
trabajadores y sus organizaciones.
He aquí toda la diferencia entre las primarias por un lado,
y la convocatoria a un congreso abierto y a asambleas municipales y
provinciales. Mientras que el primero refleja un planteo democratizante y
electoralero, donde los luchadores juegan un rol pasivo y el frente no se
coloca como un factor de impulso de la lucha de los explotados; el congreso y
las asambleas son el método para desarrollar al frente en términos
revolucionarios, es decir, para colocar a los luchadores al frente de una
intervención independiente sobre las crisis políticas e impulsar el movimiento
de lucha de las masas.
Por otra parte, si necesitamos apelar a la intervención
estatal para resolver las diferencias internas, ¿qué tipo de homogeneidad
podemos mostrar ante los explotados? Detrás de la frase chabacana de “que
decida la gente” está la mano de la justicia electoral patronal y los aparatos
políticos que podrán terciar en la crisis del FIT. Es la confesión de un
empantanamiento político mayúsculo. Significa, en pocas palabras, que la unidad
y continuidad del FIT depende del arbitraje político directo del Estado
capitalista.
LA ESTRATEGIA DE LA
IZQUIERDA NO SE PUEDE DIRIMIR EN LAS PRIMARIAS. ANTES DEL 12 DE JUNIO: VAMOS
POR EL CONGRESO ABIERTO Y LOS COMITÉS DE BASE DEL FIT
El tiempo para superar esta crisis ya está definido: tenemos
hasta el 12 de junio, que es cuando los diferentes partidos deben presentar sus
alianzas a la justicia electoral de cara a las primarias proscriptivas. Por lo
tanto, de acá al 12 de junio, el Frente de Izquierda tiene tiempo para convocar
a un Congreso abierto y asambleas provinciales y municipales que discutan y
resuelvan el programa, las campañas y las candidaturas del FIT. Como
Coordinadora en defensa del FIT ya hemos reunido mil firmas y decenas de
adhesiones escritas y/o filmadas de activistas y luchadores a favor de la
convocatoria al Congreso, a favor de la puesta en pie de Comités de Base, y a
favor de luchar por la derogación de la reforma proscriptiva.
Los Comités de Base en los lugares de trabajo, de estudio y
en los barrios, tienen que actuar como una instancia de agrupamiento de los
luchadores que estén dispuestos a llevar adelante la lucha en defensa del
Frente de Izquierda como alternativa por izquierda en la situación política.
Lejos de las “asambleas” o “comités” del Frente de Izquierda que durante un
breve período de 2011 instrumentó cada partido del FIT, que no eran organismos
frentistas para reunir a todos los que apoyan al FIT sino reuniones para el reclutamiento
propio; los Comités de Base impulsados por la Coordinadora tienen el sentido de
involucrar como protagonistas activos a los luchadores obreros y populares para
que tomen la campaña electoral en sus manos y sean soberanos en las decisiones
del comité. Esa es la única manera de que miles y miles se involucren en la
lucha política contra Cristina, la derecha y el FAP.
Con este planteo frentista, desde la TPR y la Coordinadora
en defensa del Frente de Izquierda le ofrecemos una salida a toda la militancia
del FIT para superar su crisis en términos revolucionarios.
RECUADRO
“Usemos las PASO ‘en serio’”
Socialismo
Revolucionario, más PTS que el PTS
Socialismo Revolucionario, ruptura del CC-POR encabezada por
Fernando Armas, se colocó a derecha del propio PTS en el debate sobre las
candidaturas del FIT y la utilización de las primarias proscriptivas. El 26 de
mayo sacó una declaración diciendo “nuestra organización, y ya desde antes,
como CC-POR, propuso la utilización ‘en serio’ de las PASO, pero no tan sólo
para dirimir candidaturas, sino para que se puedan expresar las diferentes
tendencias políticas que a lo largo de dos años de vida demostraron que existen
en el FIT”.
Mientras el PTS postula utilizar las internas como algo
“oportuno” en la actual situación para dirimir la crisis sobre las candidaturas,
Armas defiende la utilización de las mismas como método privilegiado para
desarrollar la lucha política entre tendencias dentro del Frente de Izquierda. Con
la orientación de Armas, el FIT cristalizaría por completo su oposición a
apoyarse en la deliberación colectiva y se convertiría en un apéndice del
régimen político proscriptivo. La posición de Armas se encuentra en las
antípodas de los planteos fundacionales de la Coordinadora en defensa del FIT. Definitivamente,
si hay algo peor que apelar a los PASO “por necesidad” es tratar convertirlas
en una virtud.
JM
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