Nueva Pagina Web


Nos mudamos a una nueva y mejor pagina
Te esperamos en elpiquetero.org


domingo, 2 de junio de 2013

[PIQUETERO Nº4] LA CRISIS DEL FIT NO SE RESUELVE CON LAS PRIMARIAS

La unidad del FIT no puede depender del arbitraje político del Estado

La crisis del FIT no se resuelve con las primarias

Antes del 12 de junio, convoquemos a un congreso abierto del Frente de Izquierda

JUAN MARINO

Como ya es admitido públicamente por propios y extraños, el FIT se encuentra sumido en una crisis política mayúscula que no le permite salir de la parálisis y meterse de lleno en la campaña electoral. Esta crisis tiene por centro la completa falta de homogeneidad para intervenir en común en los principales acontecimientos de la lucha política. Esto se verifica tanto en el terreno más elemental como la posición ante el paro del 20-N o ir al acto del 19-D convocado por la burocracia junto a la UCR y contra el Argentinazo hasta discusiones más complejas como el #18-A, la reforma judicial anti-obrera, la rebelión popular contra las inundaciones, los saqueos de fin de año, la protesta de gendarmería y prefectura o el memorándum entra Argentina-Irán y el voto de Liliana Olivero junto a los kirchneristas en Córdoba. Todas estas crisis ya fueron abordadas en otros materiales y las conclusiones de esta crítica política sistemática se vieron condensadas en la declaración fundacional de la Coordinadora en defensa del Frente de Izquierda (publicada íntegramente en este periódico).

Ahora, de cara a las legislativas de agosto y octubre, esta crisis política del FIT asume una nueva forma en torno al reparto de las candidaturas entre los 3 partidos (PO-PTS-IS). La situación ya es inocultable y por eso el PO, muy correctamente, decidió abrir el debate dando publicidad al intercambio de cartas. Lo concreto es que, a propuesta del PTS, está primando la orientación de recurrir a las primarias proscriptivas para dirimir las diferencias de cargos. Ante esto el PO no está de acuerdo pero lo acepta “dado que, al no haber acuerdo, es el mejor método para resolver la crisis” e Izquierda Socialista lo rechaza – aunque, finalmente, si no propone un método alternativo terminará teniendo que aceptar la primarias o romper el FIT.

Estamos asistiendo, por lo tanto, al desarrollo de lo que denunciamos desde la TPR en nuestra carta al XX Congreso del Partido Obrero cuando se fundó el Frente de Izquierda: el FIT no se creó para derogar la reforma proscriptiva sino para poder presentarse a pesar de ella y ahora, 3 años después, la reforma proscriptiva está haciendo que el Frente de Izquierda se devore a sí mismo. La conclusión es clara: no se puede sustituir la falta de homogeneidad política apelando a una competencia por ver quién consigue más votos.

MÉTODO DE SECTA: PREFIEREN SUBORDINARSE A LAS PASO ANTE QUE RECONOCER EL LIDERAZGO DEL PARTIDO OBRERO

La diferencia reside, básicamente, en que el PO busca para sí mismo las candidaturas que pueden llegar a ingresar al parlamento en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires, mientras que el PTS e IS plantean que una de ellas tiene que ser para el PTS. La discusión, como puede apreciarse, es absolutamente absurda porque desde su propia fundación es evidente que el PO es la fuerza que encabeza el FIT. Sin embargo, como advertimos desde la TPR, también era evidente que el “método neuquino” de las maniobras, las mentiras y la extorsión era inevitable que se generalice a todo el país dado que, como en el cuento del sapo y el escorpión, las sectas no pueden escapar a su propia naturaleza.

El PO argumenta que le corresponden los cargos porque ese fue el criterio con el que se designaron las candidaturas en 2011; el PTS argumenta que como el eje de la campaña de 2011 fue la fórmula “Altamira-Castillo”, eso se debe replicar en las legislativas.

Para resolver esta “diferencia” (léase provocación por cargos), el PTS no tuvo mejor idea que haber votado en su Congreso la propuesta de que los partidos del FIT vayan con listas separadas en las primarias proscriptivas, y ahora incluso propone armar internas para la lista de legisladores de la Ciudad de Buenos Aires, que no está regida por la reforma proscriptiva: “como en la categoría de legisladores porteños no rige la ley de las PASO, hicimos la propuesta de realizar una primaria a principios de septiembre, organizada por todos los partidos del FIT, con un padrón de independientes y afiliados a nuestros partidos, en un colegio público por comuna. Un mecanismo que utilizan comúnmente los partidos en todo el país para elegir sus autoridades” (La Verdad Obrera, 30/5). Como se ve, al PTS no sólo no le preocupa derogar las PASO sino que le parece un mecanismo muy razonable para extender a todas las elecciones.

El PO, que primero se opuso a dirimir este debate en las primarias, ahora ha aceptado la posición del PTS a excepción de la propuesta de armar internas propias para legisladores del Capital Federal. Incluso, el PO desafió al PTS a aplicar el criterio nacional a la designación de candidaturas en las legislativas de cada provincia, es decir, tratar de imponer su peso nacional a espaldas del desarrollo provincial de cada fuerza y, lo que es más importante, un congreso abierto provincial que impulse la deliberación de los luchadores de cada provincia.

Por su parte Izquierda Socialista, que se opone a las internas por su escaso desarrollo en comparación con el PO y el PTS, no le contrapone otra salida porque siempre defendió el carácter estrictamente electoral del frente, opuesto a apoyarse en la movilización y deliberación colectiva de los trabajadores.

TODOS RECHAZAN CONVOCAR A UN CONGRESO ABIERTO DEL FIT PORQUE TODOS RECHAZARON CONSTITUIR UN PARTIDO DE TRABAJADORES A PARTIR DEL FRENTE DE IZQUIERDA

La razón de tanta mezquindad, en el fondo, se reduce estrictamente a que en realidad A NADIE LE IMPORTA EL FRENTE DE IZQUIERDA porque lo consideran solamente como un medio circunstancial para desarrollar su propio partido político a expensas del resto. Tal vez sorprenda que esto lo diga la TPR pero es la pura realidad. Detrás de toda la hipocresía sobre la “unidad de la izquierda revolucionaria”, hay una pelea sorda de aparatos que se desarrolla entre cuatro paredes y donde nadie está dispuesto a subordinarse. Nadie está dispuesto a reconocer que es minoría porque prefieren ser cabeza de ratón antes que cola de león.

Esto amerita una reflexión política profunda: fuimos nosotros, los militantes de la TPR, quienes advertimos que un frente electoral es de todo menos un “acuerdo técnico”. Si el frente electoral se toma a sí mismo en serio se trata, por el contrario, se trata de un compromiso estratégico que, a partir de ir conquistando una serie de objetivos comunes, va comprometiendo la independencia política a largo plazo de cada partido. Porque, claro, como dijera Altamira “los frentes abren un camino o al menos lo hacen para las fracciones más lúcidas del mismo”. La unidad, en última instancia, se construye a expensas del programa propio enfatizando algunos puntos prioritarios y relegando la estrategia a un campo difuso e indefinido. Ahora, cuando ya hemos construido sobre arena, ¿qué corresponde hacer? ¿Dejar que se derrumbe la casa?

En “¿A dónde va Francia?”, frente a una situación mucho más extrema, Trotsky advierte el mismo debate. Plantea que desde el momento en que los partidos obreros han renunciado a criticarse mutuamente “han dejado de existir como partidos distintos”. Esto al margen de  que puedan “invocar ‘divergencias de principios’ que se mantienen”. En realidad esto “no cambia nada” porque si estos principios no están en el centro de la polémica y no ordenan la actividad cotidiana entonces son “como tesoros que duermen en el fondo del mar”. Trotsky remata este razonamiento con una conclusión impecable: “Si han renunciado a captar a los militantes del otro (si tenemos un frente único que abarca casi toda la actividad pública de los dos partidos y excluye su lucha recíproca para conquistar la mayoría del proletariado) el frente único actúa como un partido incompleto con un principio federativo”.

Esto, precisamente, es una descripción exacta de la actual crisis del FIT y es lo que hemos denunciado desde un primer momento los militantes de la TPR: siempre fue un pacto contra el Partido Obrero. De tener un partido político de combate con fisonomía propia y capacidad de respuesta a nivel nacional, los trabajadores argentinos ahora dependen de una estructura laxa que todavía no se define entre el anarquismo sindicalero o la lucha política socialista por el poder. Antes tenían garantizado la presentación del Partido Obrero. Ahora, gracias a las PASO y el escaso desarrollo relativo del PO, dependen del Frente de Izquierda. Esta es la realidad que nos quieren ocultar detrás del vitoreado “ascenso de la izquierda”.

En este complejo escenario, donde el viraje anti-capitalista de la Comité Central del PO ya ha echado raíces con la creación del FIT y los 660.000 votos, los militantes de la TPR nos planteamos nuestra lucha de tendencia en un nuevo cuadro político. Nosotros miramos de frente. No separamos la carne del espíritu. Por eso, hoy, defender al Partido Obrero es defender al Frente de Izquierda. Esta es la razón última de nuestra firme determinación política por construir la Coordinadora en defensa del Frente de Izquierda.

Es como parte de esta política que exigimos al FIT “que se tome a sí mismo en serio” y que, por lo tanto, se postule como una alternativa de poder. De ahí el reclamo de un Congreso abierto, los comités de base y la pelea contra la reforma proscriptiva. Los militantes de la TPR somos los primeros en señalar que no hay homogeneidad política para organizar votaciones en común pero, justamente, eso lo único que demuestra es que nunca hubo homogeneidad como para formar el Frente de Izquierda. Por el contrario, afirmamos: si hemos convocado a 660.000 compañeros a que confíen en el Frente de Izquierda entonces es nuestra obligación, como revolucionarios, de no permitir que esta experiencia política acabe en una nueva frustración. Por eso tenemos que apostar a que el FIT no quede paralizado en los consensos de sectas sino que avance en su homogenización por medio de una deliberación colectiva.

Desde la TPR, no tenemos miedo de ser minoría porque estamos convencidos que por medio de nuestra lucha vamos a lograr que prevalezca el programa histórico del Partido Obrero. Por el contrario, los que no quieren ir a un Congreso del FIT, es porque desprecian las conquistas del Frente de Izquierda y no están dispuestos a resignar posiciones con tal de permitir su desarrollo político. Este tipo de posiciones mediocres solamente demuestran el temor de las sectas de que el propio FIT se transforme en una realidad política que los supere, les quite protagonismo y que, por mérito propio, se les escape de las manos.

¿”ESTRATEGIA SOVIÉTICA” O PRIMARIAS NORTEAMERICANAS? EL PTS TRAS LOS PASOS DEL FREPU

Con su planteo, el PTS repite los pasos del FREPU, demostrando una vez más su marca de nacimiento morenista. Tal como figura en el libro “La estrategia de la izquierda en Argentina” de Jorge Altamira: “En 1985, cuando el MAS se propuso romper el Frente que había establecido con nuestro partido para reemplazarlo con el FREPU, se realizó una gran asamblea obrera en la UOCRA de Neuquén que decidió rechazar al FrePu, en el cual participaron activamente los trabajadores. Luego, el frente revolucionario derrotó electoralmente al FREPU en Neuquén, desmintiendo con esto que la acción consciente de la vanguardia obrera quite ‘rédito electoral’. Sólo el método de la asamblea obrera, estudiantil, barrial, campesina puede darle solidez al frente, asegurar su condición democrática y convertirlo en herramienta propia de las masas. (…) Que en lugar del método de la democracia obrera se escoja el de las ‘primarias’ norteamericanas, no es por cierto una elección caprichosa”.

Exactamente: lejos de ser una “elección caprichosa” por parte del PTS, refleja toda su naturaleza democratizante en el peor sentido de la palabra (no el fetichismo consejista-soviético sino la confiscación de la voluntad popular por medio de un mecanismo estatista burgués), y a la que el PO no le contrapone un Congreso abierto del FIT sino que acepta de forma pasiva y resignado.

LAS PRIMARIAS SON LO CONTRARIO AL CONGRESO ABIERTO: LOS LUCHADORES TIENEN QUE SER PROTAGONISTAS, NO EXPECTADORES

El FIT está atravesando toda esta crisis porque desde su surgimiento se opuso a basarse en la deliberación y movilización de los trabajadores y los luchadores. Ya lo dijimos en su momento: si el Frente de Izquierda aspira a ser la expresión política de la unidad clasista es necesario poner en pie organismos frentistas para impulsar la intervención obrera. Esto fue rechazado porque de forma totalmente sectaria se lo igualó con una “charca discutidora”. Finalmente, con tal de no verse las caras en un comité abierto del FIT, los partidos que lo integran prefieren que el Estado y la justicia electoral diriman las disputas entre ellos.

Como militantes de la TPR, tendencia expulsada del PO que pelea por su reincorporación, nos corresponde señalar que esta aberración política está totalmente reñida con la tradición histórica del Partido Obrero. Citamos: “Un frente de izquierda debe ser un frente de trabajadores, lo cual implica por lógica revolucionario. Es necesario producir esta clarificación. Llamamos a todos los partidos de izquierda a construir un frente en la claridad. Una vía segura que nos permitiría dar un gran salto político y de organización sería preparar seriamente y convocar a un congreso de bases de toda la izquierda y del movimiento obrero, para discutir y aprobar un programa que sustente un frente de izquierda entendido como un frente de los trabajadores contra el monopolio político y económico del capital”. (PO N° 167, 18/12/1986, “Por un Frente de Izquierda – Frente de Trabajadores”).

En la misma línea, afirmaban que: “La Asamblea Nacional que se realizó en el Estadio de Ferro el sábado 12 pasado, ha llamado a luchar por un Frente de Izquierda y del Movimiento Obrero Combativo, que resuelva plataformas y elija los mejores y más destacados candidatos en Asambleas municipales y provinciales. Es necesario rescatar el método de la asamblea. La izquierda necesita que los luchadores sean protagonistas y no espectadores (…) Llamamos a que estas asambleas sean convocadas conjuntamente por los partidos y la militancia de la izquierda; por las comisiones internas, sindicatos, agrupaciones y activistas sindicales; por los luchadores democráticos; por los activistas estudiantiles. Para discutir y aprobar una plataforma; para elegir los candidatos democráticamente; para formar comités de campaña que lleven las campañas electorales como una verdadera movilización de la militancia, convocando a Asambleas periódicas para balancear y relanzar la actividad.” (PO 549, 24/07/97, “Asambleas para elegir candidatos y votar programas”, Rafael Santos).

O sea que tanto en los 80’ como en los 90’ el método del Partido era constituir los frentes sobre la base de la clarificación política y la deliberación popular. No entre cuatro paredes y a espaldas de los trabajadores y sus organizaciones.

He aquí toda la diferencia entre las primarias por un lado, y la convocatoria a un congreso abierto y a asambleas municipales y provinciales. Mientras que el primero refleja un planteo democratizante y electoralero, donde los luchadores juegan un rol pasivo y el frente no se coloca como un factor de impulso de la lucha de los explotados; el congreso y las asambleas son el método para desarrollar al frente en términos revolucionarios, es decir, para colocar a los luchadores al frente de una intervención independiente sobre las crisis políticas e impulsar el movimiento de lucha de las masas.

Por otra parte, si necesitamos apelar a la intervención estatal para resolver las diferencias internas, ¿qué tipo de homogeneidad podemos mostrar ante los explotados? Detrás de la frase chabacana de “que decida la gente” está la mano de la justicia electoral patronal y los aparatos políticos que podrán terciar en la crisis del FIT. Es la confesión de un empantanamiento político mayúsculo. Significa, en pocas palabras, que la unidad y continuidad del FIT depende del arbitraje político directo del Estado capitalista.

LA ESTRATEGIA DE LA IZQUIERDA NO SE PUEDE DIRIMIR EN LAS PRIMARIAS. ANTES DEL 12 DE JUNIO: VAMOS POR EL CONGRESO ABIERTO Y LOS COMITÉS DE BASE DEL FIT

El tiempo para superar esta crisis ya está definido: tenemos hasta el 12 de junio, que es cuando los diferentes partidos deben presentar sus alianzas a la justicia electoral de cara a las primarias proscriptivas. Por lo tanto, de acá al 12 de junio, el Frente de Izquierda tiene tiempo para convocar a un Congreso abierto y asambleas provinciales y municipales que discutan y resuelvan el programa, las campañas y las candidaturas del FIT. Como Coordinadora en defensa del FIT ya hemos reunido mil firmas y decenas de adhesiones escritas y/o filmadas de activistas y luchadores a favor de la convocatoria al Congreso, a favor de la puesta en pie de Comités de Base, y a favor de luchar por la derogación de la reforma proscriptiva.

Los Comités de Base en los lugares de trabajo, de estudio y en los barrios, tienen que actuar como una instancia de agrupamiento de los luchadores que estén dispuestos a llevar adelante la lucha en defensa del Frente de Izquierda como alternativa por izquierda en la situación política. Lejos de las “asambleas” o “comités” del Frente de Izquierda que durante un breve período de 2011 instrumentó cada partido del FIT, que no eran organismos frentistas para reunir a todos los que apoyan al FIT sino reuniones para el reclutamiento propio; los Comités de Base impulsados por la Coordinadora tienen el sentido de involucrar como protagonistas activos a los luchadores obreros y populares para que tomen la campaña electoral en sus manos y sean soberanos en las decisiones del comité. Esa es la única manera de que miles y miles se involucren en la lucha política contra Cristina, la derecha y el FAP.

Con este planteo frentista, desde la TPR y la Coordinadora en defensa del Frente de Izquierda le ofrecemos una salida a toda la militancia del FIT para superar su crisis en términos revolucionarios.

RECUADRO

“Usemos las PASO ‘en serio’”

Socialismo Revolucionario, más PTS que el PTS

Socialismo Revolucionario, ruptura del CC-POR encabezada por Fernando Armas, se colocó a derecha del propio PTS en el debate sobre las candidaturas del FIT y la utilización de las primarias proscriptivas. El 26 de mayo sacó una declaración diciendo “nuestra organización, y ya desde antes, como CC-POR, propuso la utilización ‘en serio’ de las PASO, pero no tan sólo para dirimir candidaturas, sino para que se puedan expresar las diferentes tendencias políticas que a lo largo de dos años de vida demostraron que existen en el FIT”.

Mientras el PTS postula utilizar las internas como algo “oportuno” en la actual situación para dirimir la crisis sobre las candidaturas, Armas defiende la utilización de las mismas como método privilegiado para desarrollar la lucha política entre tendencias dentro del Frente de Izquierda. Con la orientación de Armas, el FIT cristalizaría por completo su oposición a apoyarse en la deliberación colectiva y se convertiría en un apéndice del régimen político proscriptivo. La posición de Armas se encuentra en las antípodas de los planteos fundacionales de la Coordinadora en defensa del FIT. Definitivamente, si hay algo peor que apelar a los PASO “por necesidad” es tratar convertirlas en una virtud.


JM

No hay comentarios:

Publicar un comentario